De esta manera sin querer llegamos a un estado de HIPOCONDRÍA que no es más que la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, de lo que escuchamos, vemos o leemosTeniendo este preámbulo podría invitar en primer lugar a aprender a reconocer qué nos hace daño, para no repetirlo y no adoptarlo como un hábito.
También es necesario saber qué nos hace bien para hacerlo una experiencia repetitiva y así contrarrestar los pormenores del día a día Como segunda recomendación les aseguraría que debemos inspirarnos, enamorarnos y colocarnos metas posibles, para mantener el espíritu soñador con el toque realista, es decir mezclar cosas agradables para ir en rumbo a un estado completo de bienestar. Es por ello que cuando alcancemos ese momento en querer mejorar nuestro rumbo, y hacerlo más fácil con lo que tenemos debemos pensar que a nuestro organismo lo tenemos que desintoxicar, debemos relajarlo para que las recomendaciones que sección a sección les brinde tengan el mejor resultado.Les dejo estas interrogantes: ¿cómo nos gustaría vernos?, ¿cómo nos gustaría sentirnos? ¿Qué hemos hecho para alcanzarlo? ¿Ha dado resultado?